VIOLENCIA: Misterioso, complicado y dañino fenómeno. PARTE 1
Mucho se habla y se lamenta sobre la violencia, que en definición, es una acción física y psicológica encaminada a someter por medio de la presión, la manipulación, la preocupación y el sufrimiento. Es el uso indebido del poder y de la fuerza para obtener de las personas grupos y organismos, algo contrario a su voluntad.
La consideración superficial de la violencia, nos enfoca a ver las reacciones agresivas de las personas: maltrato verbal y golpes en escenarios delictivos o de desorden social y familiar. Esta consideración, sólo nos permite ver la causa de la violencia pero no el efecto.
Tenemos años atacando las causas sin abocarnos al efecto. Es como tumbar telarañas sin eliminar la araña. Seguimos sometiendo las conductas pero no hacemos nada por cambiarlas o generar otras diferentes.
Hay miles de efectos que en la actualidad alteran la estabilidad familiar, social, empresarial e institucional, más todos aquellos efectos que se están multiplicando y duplicando día con día, ante la falta de un verdadero proyecto de reingeniería social.
Todos nos cuidamos de la delincuencia, pero el 90% de nuestros problemas se centran en la ilegalidad que practicamos los ciudadanos por costumbre, tradición y permisión.
Trabajar en los efectos, implica miles de programas y de estrategias. Pero si hacemos una acción inteligente debemos enfocarnos en las dos cosas que generan la violencia física, psicológica, doméstica, cotidiana, política, económica, cultural y delincuencial; estas dos cosas son: LA JUSTICIA y LA FORMACIÓN CIUDADANA.
Se habla mucho de la justicia y la formación ciudadana, pero ninguna de las dos termina por arraigarse en esta sociedad que cada día pierde más y más la esperanza en un México mejor.
Confundimos la justicia con la creación de nuevos cuerpos policiacos, sin trabajar en la verdadera impartición de justicia.
Mientras no haya justicia seguiremos viviendo en un México ilegal, donde todo se puede hacer sin que haya consecuencia alguna, y sin que nadie se preocupe y se detenga. La injusticia y/o permisión, da lugar a la ilegalidad en las calles, porque no hay respeto por las normas sociales, leyes, reglas, etc. A esto se le conoce como anomia social.
Dijo Mc Yever: “La anomia, es el estado de ánimo de una persona, cuyas raíces morales se han roto, porque no tiene normas sino impulsos desconectados vacíos de todo deseo grupal. El individuo anómico, es espiritualmente estéril, porque ha perdido el valor del derecho ajeno”.