LA SEQUÍA FORMATIVA
El incremento de la población mundial, forza la necesidad de viviendas, alimentos, agua, servicios diversos y empleos.
Pero lo crítico, es cuando el crecimiento de la población, está por encima del crecimiento y desarrollo de la educación y la formación, afectando con ello, la estabilidad y la sustentabilidad en el planeta; y por ende, de nuestras comunidades.
La crisis educativa y formativa, debilita la práctica y promoción de la cultura familiar, preventiva, ecológica, de legalidad y de paz; transformando al planeta, en un desierto.
Muchos percibimos y sentimos ese clima desértico en la humanidad y la sequía formativa que afecta a familias, sociedad, instituciones, organismos y gobierno.
Programas van y programas vienen, sin que veamos hasta la fecha, un verdadero arraigo en lo que respecta a orden, legalidad y sustentabilidad; retrasando con ello, la aparición de liderazgos transformacionales.
Nos urgen esos líderes emanados de la influencia de verdaderos maestros, que se caracterizan por ser modelos de sustentabilidad y cultura.
Recordemos que cultura, son normas, principios y modelos de vida que regulan la conducta del ser humano.
Estamos urgidos de líderes transformacionales dentro de las familias, la sociedad y los gobiernos, que siembren cultura para una mejor condición de vida.
Los líderes transformacionales y los programas ciudadanos surgidos de un verdadero despertar de conciencia, son como un oasis en nuestros tiempos.
La política, la sociedad y las familias, requieren de este refrigerio, porque las capacidades carentes de convicciones sustentables, son las responsables de la crisis de antivalores que padecemos.
Necesitamos que el agua educativa y formativa, riegue la vida de nuestros hijos, los organismos y las instituciones, para gozar de un México verde, color que implica vida, productividad, desarrollo, éxito, buena administración, transparencia, legalidad y paz.
En nuestra próxima nota, hablaremos de manera puntual sobre lo que es el desarrollo sustentable en los programas de gobierno, por lo pronto, te invito a considerar el siguiente cuestionamiento: ¿Qué clase de mundo quieres?
Muchas personas viven en total incredulidad ante el cambio, porque no ven por donde se pueda arraigar la visión transformacional; sin embargo, tampoco podemos cruzarnos de brazos; recuerda, que el cambio no inicia en lo general sino en lo individual; enfócate en crear un oasis en tu vida, en tu familia, en tu comunidad, en tu empresa, en tu institución, en tu organismo.